La obesidad y el sobrepeso están considerados una gran amenaza para la salud a nivel mundial. Además está comprobado que son el factor de riesgo de enfermedad cardiovascular que más prevalece en personas con enfermedad coronaria establecida.
Está demostrado que la obesidad está íntimamente relacionada con enfermedades cardiovasculares como la enfermedad coronaria, la insuficiencia cardiaca, la fibrilación auricular, las arritmias ventriculares y la muerte súbita. Por otro lado es también un factor desencadenante de hipertensión, diabetes mellitus tipo 2, enfermedad articular degenerativa, apnea obstructiva del sueño (AOS), dislipemia, reflujo gastroesofágico, hígado graso no asociado a alcoholismo y muchas formas de cáncer.
¿Cómo afecta la obesidad a la enfermedad cardiovascular?
La obesidad es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar enfermedad cardiovascular y lo hace mediante diferentes mecanismos fisiopatológicos que involucran gran cantidad de factores que interactúan entre sí de distintas maneras.
Por ejemplo, la obesidad puede causar aterosclerosis coronaria a través de mecanismos bien descritos y aceptados como dislipemia, hipertensión o diabetes aunque también existen otros factores que interactúan de manera indirecta, como la inflamación subclínica, la apnea obstructiva del sueño, o el depósito de grasa intramiocárdico y subepicárdico que también provocan enfermedad cardiovascular.
Complicaciones cardiovascular de la obesidad
Obesidad y enfermedad coronaria
La obesidad y el sobrepeso es el factor de riesgo cardiovascular más común en personas que han sufrido infarto de miocardio. De hecho más de ⅔ de estos pacientes tienen sobrepeso u obesidad y son generalmente 10 años más jóvenes que los pacientes con un peso normal. Además son más propensos a desarrollar dislipemia e hipertensión.
Otra enfermedad cardiovascular como es la aterosclerosis coronaria se inicia o se acelera debido a diversos mecanismos potenciados por la obesidad como por ejemplo el incremento del tono simpático o el aumento en la circulación de ácidos grasos libres entre otros.
La obesidad es también causante de resistencia a la insulina que esta estrechamente relacionada con enfermedad cardiovascular especialmente en individuos con síndrome metabólico.
Obesidad e insuficiencia cardiaca
Las personas con obesidad tienen el doble de riesgo de sufrir insuficiencia cardiaca que las personas con un IMC normal. Esta insuficiencia cardíaca está causada no solo por mecanismos intermediarios como hipertensión o enfermedad coronaria, sino que además existen otros factores que podrían estar implicados en el origen de la cardiomiopatía relacionada con obesidad. Por ejemplo, existe la hipertrofia ventricular izquierda asociada a la obesidad.
Estudios recientes han demostrado también que en pacientes con obesidad central pueden desarrollarse infiltración grasa del miocardio, que después puede evolucionar a fibrosis y deterioro diastólico o sistólico del ventrículo izquierdo.
Obesidad y fibrilación auricular
Estudios recientes han demostrado que los obesos tienen un 50% más de riesgo de fibrilación auricular y que el riesgo se incrementa a medida que aumenta el IMC.
Obesidad y arritmias ventriculares (muerte súbita)
Algunos estudios clínicos indican que la obesidad se asocia a muerte súbita y se ha demostrado que en sujetos con obesidad un aumento en la irritabilidad eléctrica que puede desencadenar la aparición de arritmias ventriculares, incluso en ausencia de disfunción ventricular o insuficiencia cardiaca clínica. El estudio concluía que la tasa anual de muerte súbita cardiaca en obesos fue cerca de 40 veces mayor que en la población no obesa.
Tratamiento de la obesidad
El objetivo principal del tratamiento de la obesidad se centra en la pérdida de peso y su mantenimiento mediante los cambios en hábitos alimenticios y estilo de vida más activos. Si con esto no es suficiente se puede ayudar con el uso de medicamentos adyuvantes en combinación con recomendaciones de cambio de estilo de vida para pacientes con un IMC ≥ 30, especialmente si ya tienen enfermedades atribuibles a la obesidad.
Cuando el uso de medicamentos y las modificaciones al estilo de vida fallan o los individuos presentan obesidad mórbida, se recomiendan otras medidas para inducir pérdida de peso, como la cirugía bariátrica.
Este tipo de cirugía es un método eficaz y seguro de pérdida de peso en personas con obesidad mórbida o con obesidad y comorbilidades, como la enfermedad coronaria. Actualmente existen diferentes técnicas como el Sleeve gástrico o el By-pass gástrico cuyos resultados alcanzan al menos un el 50% del exceso de peso.
Los beneficios de la cirugía bariátrica van más allá de la pérdida de peso ya que induce a mejoras en la presión arterial, la glucemia, las concentraciones lipídicas y la calidad de vida. Por ejemplo, cerca de la mitad de los pacientes diabéticos que se someten a cirugía bariátrica pueden normalizar la HbA1c e incluso pueden dejar de usar insulina o medicamentos hipoglucemiantes.
El riesgo cardiovascular se ve reducido significativamente en pacientes que se han sometido a la cirugía bariátrica y algunos estudios indican disminución en la mortalidad después dicha cirugía.
Resumiendo, la obesidad es un factor de riesgo cardiovascular común que se asocia a varias enfermedades cardiovasculares y está vinculada no solo a enfermedad coronaria, sino también a alteraciones del ritmo cardiaco y la función ventricular.
Su tratamiento es de vital importancia par evitar este tipo de enfermedades y otras asociadas.