Somos lo que comemos, es la afirmación del famosos antropólogo alemán Ludwig Feuerbach que tiene más de un siglo y que sin embargo sigue estando al orden del día.
Estudios recientes afirman que una dieta deficiente ocasiona más muertes en el mundo que el tabaco y es responsable directa de provocar obesidad, enfermedades cardiovasculares, hipertensión o diabetes entre otras.
Actualmente la mala alimentación es causa 1 de cada 5 muertes en el mundo además de originar problemas de salud crónicos en un alto índice de la población.
Aunque esto así dicho quizás no nos muestra la magnitud del problema, si lo miramos en cifras absolutas nuestra perspectiva puede cambiar. Según el estudio publicado por el Doctor Afshin de la Universidad de Washington en 2017 las dietas deficientes fueron responsables de:
- 10,9 millones de muertes, o el 22 por ciento de todas las muertes de adulto.
- La enfermedad cardiovascular (ECV) como la causa principal, seguida de cáncer y diabetes.
Comparemos estos datos; el tabaco se asoció con 8 millones de muertes y la presión arterial alta con 10,4 millones de muertes.
¿Cuáles son las claves de una alimentación poco saludable?
Una mala alimentación se caracteriza por una baja ingesta de cereales integrales, frutas o grano y un alto consumo de sodio, carnes rojas, carnes procesadas, bebidas azucaradas y ácidos grasos trans, entre otros alimentos.
Si queremos llevar una dieta saludable debemos tener en cuenta estos 3 preceptos:
- La base fundamental de una alimentación saludable debe ser las verduras, frutas, hortalizas y carbohidratos complejos. Avena, granos enteros, trigo, pan integral, cereales, tomate, acelgas, espinacas, etc.
- Debemos consumir proteínas y un aporte graso de fuentes lipídicas de calidad. Es muy importante eliminar las grasas refinadas e hidrogenadas y sustituirlas por fuentes de grasas saludables como el aceite de oliva, frutos secos, vegetales como el aguacate o pescados azules.
- El agua debe ser nuestra principal bebida. Beber agua favorece todas las funciones de nuestro organismo, hasta las funciones cerebrales ya que facilita que la sangre llegue al cerebro con mayor volumen de oxígeno, mejorando las funciones neuronales.
En definitiva, debemos prestar más atención a nuestra dieta ya que es en gran parte responsable de nuestra salud. Enfermedades como la obesidad, la hipertensión, la diabetes o afecciones cardiovasculares se pueden prevenir si alimentamos a nuestro organismo de forma correcta.